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La Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha publicado hoy sus directrices revisadas sobre gobierno interno. La actualización tiene en cuenta las modificaciones introducidas por la quinta Directiva sobre requisitos de capital (CRD V ) y la Directiva sobre empresas de inversión (IFD) en relación con los acuerdos de gobernanza sólidos y eficaces de las entidades de crédito, en particular en lo que respecta a la diversidad de género, el blanqueo de capitales, el riesgo de financiación del terrorismo y la gestión de los conflictos de intereses, incluso en el contexto de los préstamos y otras operaciones con los miembros del órgano de dirección y sus partes vinculadas. Las Directrices revisadas definitivas se aplicarán a partir del 31 de diciembre de 2021.

La lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo es crucial para mantener la estabilidad y la integridad del sistema financiero. Por lo tanto, descubrir cualquier implicación de las entidades de crédito y las empresas de inversión en el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo puede repercutir en la viabilidad y la confianza en el sistema financiero. En este contexto, estas Directrices aclaran que la identificación, la gestión y la mitigación del riesgo de blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo forman parte de unos sólidos mecanismos de gobernanza interna y del marco de gestión de riesgos de las entidades de crédito.

Las Directrices revisadas especifican y refuerzan el marco relativo a los préstamos a los miembros del órgano de dirección y a sus partes vinculadas. Estos préstamos pueden constituir una fuente específica de conflicto de intereses real o potencial y, por tanto, se han incluido explícitamente disposiciones específicas en la Directiva CRD. Del mismo modo, otras transacciones con los miembros del órgano de dirección y sus partes vinculadas pueden crear conflictos de intereses y, por lo tanto, la EBA proporciona orientación sobre cómo gestionarlos adecuadamente.

Por último, en consonancia con la exigencia de contar con una política de remuneración neutra desde el punto de vista del género, las Directrices revisadas ofrecen nuevas orientaciones sobre el código de conducta para garantizar que las entidades de crédito adopten todas las medidas necesarias para evitar cualquier forma de discriminación y garantizar la igualdad de oportunidades al personal de todos los géneros. Además, las entidades deben supervisar la brecha salarial entre hombres y mujeres.

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