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Las últimas tendencias de los gigantes tecnológicos hacia nuevas alternativas publicitarias suponen la muerte a las cookies

En enero de 2021, Google, optó por sustituir las galletas de Chrome por FLoC (Federated Learning of Cohorts), que se traduce como un aprendizaje federado de cohortes. Es decir, en lugar de dirigirse a usuarios únicos, la publicidad se destinaba a categorías de personas con intereses similares. De esta forma, aseguraba la compañía, la privacidad de los usuarios se vería reforzada.

La estrategia utilizada por la tecnológica buscaba una transición más lenta al mundo “cookieless”. Concretamente, habían fijado el plazo de supresión definitiva de sus cookies en dos años (para 2023). Hay quien entiende que esa transición no era otra cosa que una negociación con los medios de comunicación. Al fin y al cabo, gran parte de sus ingresos provienen de los anuncios online, y eliminarlos trastocaría su modelo de negocio.

Sin embargo, FLoC no cosechó el éxito esperado. Fue duramente cuestionado y criticado por importantes actores digitales como Firefox o DuckDuckGo. La misma Unión Europea mantuvo una postura, como mínimo, suspicaz al respecto.

Tan solo un año después de su lanzamiento, su creador da la patada a FLoC para reemplazarlo por Topics

Este sistema de publicidad personalizada utiliza los intereses semanales más relevantes del usuario para generar una sucesión de temáticas acordes con los mismos.

Hasta la fecha, existen alrededor de trescientas temáticas, una cifra que se irá incrementando con el transcurso del tiempo. Quedarán excluidas, no obstante, aquellas que traten sobre asuntos potencialmente espinosos.

Las temáticas se concretan sin la participación de un servidor externo; a nivel local, y los intereses más destacados se extraen del historial de navegación. Además, el internauta tendrá la opción de eliminar temáticas, o desactivar totalmente la función.

Con estas opciones, Google pretende fortalecer la privacidad y aumentar la transparencia, ya que, supuestamente, se suprimen los rastreos encubiertos. Así, se proporciona a los anunciantes la posibilidad de lanzar su publicidad sin incurrir en métodos controvertidos o incluso ilícitos.

Observatorio Autelsi