Tensiones internas retrasan el cierre del acuerdo político alcanzado en diciembre

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La Unión Europea, que aspiraba a liderar la regulación mundial de la inteligencia artificial, ha pausado el proceso final de aprobación de la Ley de Inteligencia Artificial (AI Act), a pesar de haber alcanzado un acuerdo político en diciembre. El retraso se debe a desacuerdos internos entre los Estados miembros, especialmente Alemania, Francia e Italia, sobre aspectos clave de la normativa relacionados con los modelos fundacionales y las obligaciones para los grandes desarrolladores de IA.
El núcleo del conflicto se centra en cómo equilibrar el control regulador con la promoción de la innovación tecnológica europea. Mientras algunos gobiernos defienden una supervisión más estricta sobre los modelos base como GPT o Gemini, otros temen frenar la competitividad del continente frente a potencias como Estados Unidos o China. El resultado ha sido una pausa en la revisión legal final del texto, aplazando la votación formal prevista inicialmente para noviembre.

Riesgo de perder el impulso regulador global

Este retraso podría debilitar la posición pionera de la UE como referente normativo global en materia de IA, justo cuando otros países avanzan con sus propias propuestas regulatorias. Aunque el acuerdo político sigue en pie, su formalización depende ahora de que los Estados miembros superen sus diferencias en los próximos días. La Ley de Inteligencia Artificial de la UE es una de las primeras propuestas legales exhaustivas en el mundo para regular esta tecnología, incluyendo niveles de riesgo, transparencia, obligaciones para proveedores y sanciones por incumplimiento.

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