La compañía enfrenta demandas y pérdida de confianza masiva

Esta noticia ha sido publicada previamente por The Guardian.

La empresa de pruebas genéticas 23andMe se ha declarado en bancarrota tras sufrir una devastadora filtración de datos que expuso la información personal y genética de más de 6,9 millones de usuarios. La violación de seguridad, considerada una de las más graves del sector, dejó al descubierto perfiles sensibles, incluyendo ascendencia, enfermedades hereditarias y vínculos familiares. La compañía enfrentó una avalancha de demandas colectivas, investigaciones regulatorias y una caída dramática en su valoración de mercado, lo que la llevó a acogerse al Capítulo 11 de protección por bancarrota en Estados Unidos.

El incidente no solo afectó la reputación de 23andMe, sino que también ha reavivado el debate sobre la regulación y seguridad de los datos genéticos a nivel mundial. Expertos advierten que la exposición de esta información puede tener consecuencias personales, sociales y económicas irreversibles para los afectados. Además, la falta de respuestas claras por parte de la empresa en las etapas iniciales de la crisis contribuyó al colapso de la confianza del público y de los inversores.

Implicaciones legales y riesgo para la privacidad genética

El caso podría marcar un antes y un después en la industria de pruebas de ADN comerciales, forzando cambios normativos más estrictos en materia de protección de datos biométricos. Las demandas en curso acusan a 23andMe de negligencia grave en ciberseguridad y exigen compensaciones millonarias. La quiebra también podría dificultar el acceso de los usuarios a sus datos o a su eliminación, abriendo un nuevo frente de controversia en torno a los derechos digitales y la privacidad genética.

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