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La Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha publicado hoy su informe anual sobre la convergencia de las prácticas de supervisión para 2021. Las autoridades competentes han avanzado en la aplicación de las directrices de la EBA sobre el proceso de revisión y evaluación de la supervisión (SREP). El Informe también refleja la aplicación coherente en sus prácticas de supervisión de las principales prioridades de supervisión para 2021. Sin embargo, el Informe establece las expectativas de esfuerzos adicionales por parte de las Autoridades Competentes en temas como los riesgos de las TIC, concretamente el riesgo cibernético y los retos del modelo de negocio y la respectiva transformación digital. Además, el Informe destaca la necesidad de prácticas más armonizadas en la determinación de los complementos de capital.

La EBA llegó a la conclusión de que los requisitos del segundo pilar (P2R) son ahora jurídicamente vinculantes en toda la Unión Europea (UE) y se tienen en cuenta de forma coherente al calcular el punto de activación de las restricciones del importe máximo distribuible (IMD). Las autoridades competentes también han garantizado la comunicación a todas las entidades bajo su jurisdicción del requisito de capital total del SREP (TSCR), tal como se describe en las Directrices del SREP de la EBA.

Una de las principales actividades emprendidas por la EBA para reforzar la convergencia de la supervisión en toda la UE consiste en fijar anualmente los temas clave que merecen una mayor atención por parte de la supervisión. A continuación, la EBA evalúa si los temas seleccionados han sido tratados, y de qué manera, en las prioridades y actividades de supervisión de las autoridades competentes, incluso en el contexto de los colegios de supervisores.

El núcleo de la atención supervisora en 2021 se centró en el tema clave de la gestión del capital y del pasivo y de la calidad de los activos y la gestión del riesgo de crédito, debido al estrecho seguimiento del impacto de la pandemia del COVID-19 en la calidad del crédito de las entidades y en los niveles de sus exposiciones morosas (NPE). El riesgo de TIC y de seguridad, la resistencia operativa, así como la rentabilidad y el modelo de negocio, recibieron en general menos atención de los supervisores en comparación con los otros dos temas.

Todavía hay margen para una mayor convergencia en el uso de la evaluación interna de la adecuación del capital (ICAAP), así como en el tratamiento coherente de los riesgos en toda la UE y en el establecimiento de las Orientaciones del Pilar 2 (P2G).

El informe reconocía los considerables esfuerzos de las autoridades competentes en el proceso de evaluación del riesgo de grupo en los colegios de supervisores, pero señalaba importantes deficiencias observadas en algunos colegios.