Esta noticia fue publicada previamente por OCCRP.

Documentos filtrados muestran que dos empresas estatales de Azerbaiyán se dispusieron a desviar 1.700 millones de dólares de Shah Deniz 2, que alimenta el Corredor de Gas del Sur hacia Europa.


En 2013, cientos de trabajadores de una fábrica de Bos Shelf, un fabricante estatal azerbaiyano de infraestructuras petrolíferas y de gas en alta mar, se pusieron en huelga para exigir mayores salarios y beneficios.

“Nuestro salario es muy bajo”, dijo Igbal Damirov, un trabajador de la fábrica, a Radio Azadliq, el servicio azerbaiyano de Radio Free Europe/Radio Liberty. “No tenemos seguro médico, los extranjeros nos castigan duramente por el error más común, nos despiden, nos insultan”.

La Compañía Estatal de Petróleo de Azerbaiyán (SOCAR), propietaria de Bos Shelf LLC, prometió investigar. Pero en 2017, los trabajadores hicieron un llamamiento público al presidente Ilham Aliyev para que interviniera, alegando que Bos Shelf estaba malversando su salario. Señalaron a su director general, Ikhtiyar Akhundov, alegando que robaba “millones cada mes” y empleaba a su familia con salarios inflados.

“Hay nepotismo, terratenencia y gansterismo en la planta”, dijeron los trabajadores en un comunicado. “Los trabajadores que protestan contra esta injusticia son despedidos”.

Durante esos años, Bos Shelf fue uno de los principales contratistas de una ampliación multimillonaria de las operaciones del gigante petrolero británico BP en el Mar Caspio de Azerbaiyán. El proyecto, denominado Shah Deniz 2, por el gran yacimiento marino del que se nutre, bombea hoy gas a miles de kilómetros al oeste de la Unión Europea a través del Corredor Meridional del Gas.

Pero mientras sus trabajadores se quejaban de que apenas podían llegar a fin de mes, Bos Shelf hacía caja. Los documentos internos de BP, analizados por el OCCRP, muestran que la empresa y otra filial de SOCAR se desviaron conjuntamente de más de 1.700 millones de dólares del proyecto Shah Deniz 2 mediante contratos rellenos y cargos artificiales.
Gran parte del dinero se pagó antes de que los beneficios fueran a parar al presupuesto estatal de Azerbaiyán, lo que significa que no era BP sino el público el que saldría perdiendo. Más o menos al mismo tiempo, el director de Bos Shelf, Akhundov, y su esposa empezaron a comprar lujosas propiedades junto a la playa en la ciudad estadounidense de Miami y sus alrededores, según descubrió una investigación del OCCRP.

Los ejecutivos de BP fueron alertados en repetidas ocasiones de las acusaciones de corrupción, pero no tomaron ninguna medida, según tres personas que trabajaron en Shah Deniz 2. Un denunciante denunció a BP ante la Oficina de Fraudes Graves del Reino Unido en 2014, pero la agencia dijo que no había recibido suficientes pruebas para abrir una investigación.

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