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Los cálculos de la Comisión Europea son claros. El fraude y la evasión de impuestos es uno de los grandes problemas para la financiación de los Estados. En total, y según un informe publicado este jueves por la Comisión, los países miembros perdieron 134.000 millones de euros en ingresos del impuesto sobre el valor añadido (IVA) en 2019. Una cifra a la que España contribuyó con 5.840 millones de euros.

Bruselas realiza este cálculo con los ingresos que los Estados pierden por fraude y evasión del IVA o por prácticas de optimización del tributo. Pero también incluye los menores ingresos derivados de quiebras e insolvencias financieras, así como por errores de cálculo administrativos. Es previsible que, en este sentido, la curva descendente de los últimos años vuelva a subir cuando se recopilen los datos de 2020, con el golpe que ha supuesto la pandemia para el sector empresarial.

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