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La UE refuerza hoy su capacidad de respuesta ante los nuevos riesgos de seguridad y las tecnologías emergentes. El nuevo Reglamento de Control de las Exportaciones entra hoy en vigor y reforzará los controles sobre el comercio de productos de doble uso -bienes civiles y tecnologías con posible uso militar o de seguridad-, al tiempo que aumentará la capacidad de la UE para proteger los derechos humanos y apoyar las cadenas de suministro seguras de productos estratégicos.

El Vicepresidente Ejecutivo y Comisario de Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, dijo: “Tenemos que responder mejor a las nuevas amenazas en un mundo cada vez más inestable. Esto significa controlar mejor las tecnologías de doble uso, incluidas las de cibervigilancia que pueden utilizarse indebidamente para violar los derechos humanos. Gracias a estas nuevas normas de la UE, los países de la UE trabajarán ahora aún más estrechamente entre ellos y con sus aliados sobre los posibles riesgos para la seguridad derivados de la biotecnología, la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes. También nos uniremos para garantizar la igualdad de condiciones para las empresas, por ejemplo, en el contexto del nuevo Consejo de Comercio y Tecnología UE-EE.UU.”

El nuevo marco permite a la UE adoptar una serie de medidas importantes para poner en común los conocimientos técnicos y hacer frente a determinados retos, especialmente en relación con la cibervigilancia -donde se están preparando directrices de diligencia debida-, pero también con las tecnologías emergentes de doble uso, como la informática avanzada.

El Reglamento introduce una mayor transparencia al aumentar el nivel de consultas e informes entre los Estados miembros y la Comisión, contribuyendo al desarrollo de una nueva plataforma de licencias electrónicas de la UE que ya se ha puesto a prueba en cuatro Estados miembros.

También proporciona una base jurídica para la actuación de la UE a nivel multilateral, plurilateral y bilateral -reconociendo que la eficacia de los controles depende de la cooperación de los principales productores de tecnología- y se basa en el marco multilateral existente de control de las exportaciones, a saber, el Arreglo de Wassenaar, que constituye la base de muchas restricciones impuestas por el Reglamento a nivel de la UE.

Antecedentes

La Comisión adoptó su propuesta legislativa para modernizar los controles de la UE sobre las exportaciones de productos sensibles de doble uso -bienes y tecnología- en septiembre de 2016, para sustituir el Reglamento de 2009. Estos productos tienen muchos usos civiles, pero también pueden utilizarse con fines de defensa, inteligencia y represión (materiales nucleares y especiales, telecomunicaciones, electrónica e informática, espacio y aeroespacial, equipos marinos, etc.), y también pueden utilizarse indebidamente para violar los derechos humanos.

El nuevo Reglamento incluye muchas de las propuestas de la Comisión para una amplia “actualización del sistema”, y hará más eficaz el actual sistema de control de las exportaciones de la UE mediante las siguientes medidas:

  • la introduciendo una nueva dimensión de “seguridad humana”, para que la UE pueda responder a los retos que plantean las nuevas tecnologías de doble uso -especialmente, las tecnologías de cibervigilancia- que suponen un riesgo para la seguridad nacional e internacional, incluida la protección de los derechos humanos;
  • la actualización de nociones y definiciones clave (por ejemplo, la definición de “exportador” para que se aplique a las personas físicas y a los investigadores que participan en las transferencias de tecnología de doble uso);
  • la simplificación y armonización de los procedimientos de concesión de licencias y permitir a la Comisión modificar -mediante un procedimiento “simplificado”, es decir, un acto delegado- la lista de productos o destinos sujetos a formas específicas de control, haciendo así que el sistema de control de las exportaciones sea más ágil y pueda evolucionar y ajustarse a las circunstancias;
  • la mejora del intercambio de información entre las autoridades encargadas de conceder las licencias y la Comisión, con el fin de aumentar la transparencia de las decisiones de concesión de licencias;
  • la coordinación y el apoyo a una aplicación sólida de los controles, incluida la mejora del intercambio electrónico seguro de información entre los organismos encargados de la concesión de licencias y de la aplicación de las mismas;
  • el desarrollo de un programa de capacitación y formación de la UE para las autoridades de los Estados miembros encargadas de la concesión de licencias y de la aplicación de la normativa;
  • la divulgación a la industria y la transparencia con las partes interesadas, desarrollando una relación estructurada con el sector privado a través de consultas específicas a las partes interesadas por parte del correspondiente grupo de expertos de la Comisión de los Estados miembros;
  • la permisión de un diálogo más intenso con terceros países y buscar la igualdad de condiciones a nivel mundial.