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En estos años tan convulsos, las compañías buscan reducir costes y aumentar ingresos para no tener que echar el cierre; sobrevivir, básicamente. Por ello, es importante tener controlado el fraude interno en la empresa: los gastos ocultos.

Emburse Captio elabora anualmente el informe ‘El fraude interno, el talón de Aquiles en la gestión de gastos’, sobre el fraude interno en las organizaciones españolas. Para el de este año se han valorado los diferentes tipos de fraude existentes y cómo afectan a las empresas según su dimensión.

Así, según este estudio, existen tres tipos de fraudes internos: fraudes por importe, que son los que exceden a las políticas de viaje de la compañía; fraudes por justificante, no acreditados; y fraudes por fecha, justificante cuyo gasto se produjo un día y una hora que no coincide con el viaje de trabajo. Dicho esto, el informe de Emburse Captio destaca, tras analizar más de un millón de gastos, que el 10% de ellos no casan con la política de viaje de las compañías.

Mientras que en lo que respecta al tamaño de las empresas, este documento pondera que las empresas pequeñas (menos de 50 trabajadores) son las que más sufren fraude interno por parte de sus empleados: un 17% de gastos fraudulentos. Eso sí, se ha reducido un 3% respecto al año anterior y eso es debido a un mayor control en la política de costes.

Por el contrario, en las medianas hay un 10% y en las grandes, un 8%. La mayor inversión, por parte de estas compañías, en los gastos de gestión derivados de la movilidad de los trabajadores y la apuesta en firme por la digitalización de procesos que les ha aportado seguridad son las principales causas de unos guarismos tan bajos.

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