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Se puede definir el typosquatting como el arte de aprovecharse de todos aquellos usuarios que de forma ocasional o habitual, escriben de forma incorrecta las direcciones de determinadas webs.

Esta circunstancia puede producirse porque el usuario no esté presentando la atención suficiente. Además, puede ser porque no sea fácil distinguir lo que aparece escrito en el enlace antes de pincharlo.

Lo cierto es, que aunque esta situación en sí misma no debería suponer ningún problema, podría llegar a convertirse en uno, y de importancia.

Por ejemplo, si usamos con asiduidad el famoso buscador americano y nos hemos equivocado a la hora de escribirlo correctamente en la barra de navegación; un ciberdelincuente que sea consciente de que esta circunstancia ocurre con cierta frecuencia, podría comprar dicho dominio y montar en el mismo su página web.

De ser así, lo más probable es que el ciberdelincuente hubiese tratado de realizar una copia lo más parecida posible a la página web original. De esta forma se consigue evitar que el usuario visitante no fuese consciente de que no está donde realmente desearía.

Con acciones como la anterior, el ciberdelincuente podría ser capaz de solicitar la introducción de datos personales y confidenciales en formularios del dominio (número de teléfono, DNI…); que podrían llegar a suponer el robo de datos o la suplantación de identidad del usuario visitante.

En resumen, la gran mayoría de ciberataques que se pueden llegar a sufrir dentro de una sociedad, corporación o a título personal los usuarios, provienen del factor humano. Esta situación hace imprescindible prestar mucha atención cada vez que se haga uso del internet; puede ser de gran utilidad el hecho de fijarnos en la URL y utilizar los marcadores y barra de favoritos. Así, se logra no confundirnos a la hora de visitar dichas páginas.

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Observatorio de Privacidad y Derechos Digitales