Las medidas buscan presionar al gobierno de Pekín

Esta noticia ha sido publicada previamente por The Wall Street Journal.

El gobierno de Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones a varios funcionarios chinos acusados de participar en campañas de represión contra los derechos humanos en Hong Kong y el Tíbet. Las sanciones, anunciadas por el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro, forman parte de una estrategia más amplia para responsabilizar a quienes restringen libertades fundamentales y oprimen minorías étnicas o políticas. Según el comunicado oficial, los sancionados estarían implicados en detenciones arbitrarias, vigilancia masiva y otras formas de represión institucionalizada.

Presión internacional por los derechos humanos

La medida se enmarca dentro de las crecientes tensiones diplomáticas entre Washington y Pekín, y llega en un momento en que organismos internacionales han expresado su preocupación por la situación en regiones bajo fuerte control del Partido Comunista Chino. Las sanciones incluyen la congelación de activos en EE. UU. y la prohibición de realizar transacciones con personas o entidades estadounidenses. Desde Pekín, las autoridades han calificado estas acciones como una injerencia en asuntos internos, mientras que la Casa Blanca defiende su postura como un acto necesario para la defensa de los derechos universales.

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