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El uso indebido del sistema de comercio, en un esquema conocido como blanqueo de dinero basado en el comercio, es uno de los principales métodos por los que los blanqueadores de dinero mueven el dinero con el fin de disfrazar sus orígenes e integrarlo en la economía formal.

El blanqueo de dinero basado en el comercio puede tener lugar tanto a nivel nacional como internacional, pero es el sistema de comercio internacional, con sus mayores complejidades y vulnerabilidades, el que ofrece las mejores oportunidades para los blanqueadores de dinero. El enorme volumen de transacciones comerciales, que puede actuar como barrera y ocultar las transacciones ilícitas individuales, y la mezcla de fondos legítimos con ilegítimos, crea una disyuntiva inherente entre la interrupción de los negocios genuinos y la detección de las transacciones ilícitas.

Las diferentes normas jurisdiccionales, sistemas legales y requisitos de diligencia debida pueden hacer que algunas jurisdicciones tengan controles menos estrictos que otras. La larga cadena de suministro amplía las posibilidades de abuso del sistema de comercio internacional. El trayecto desde el fabricante hasta el consumidor suele ser un proceso muy largo en el que intervienen comerciantes, expedidores, consignatarios, financieros, cargadores, aseguradores, transportistas y posiblemente otras partes.

Examinar los movimientos de carga entre dos países puede resultar difícil debido a los limitados recursos que suelen tener las agencias de aduanas y también a la falta de intercambio de información entre las distintas jurisdicciones. Las instituciones financieras pueden carecer de la experiencia necesaria para tomar decisiones significativas sobre el precio de los productos.

Varios productos no se comercializan en mercados públicos y su precio unitario no está disponible públicamente y, en los casos en que las mercancías se comercializan en el mercado abierto, los precios mencionados en el contrato de compra o venta pueden no reflejar el precio real de las mercancías. Esto se debe a que los comerciantes tienden a ser reacios a revelarlo a las instituciones financieras para salvaguardar la sensibilidad competitiva de dicha información.

Además, en la actualidad, la mayor parte del comercio internacional se lleva a cabo en condiciones de cuenta abierta. Aunque son más arriesgadas, las transacciones de cuenta abierta se consideran rentables. En estas condiciones, no se utilizan instrumentos de financiación del comercio. El exportador y el importador llegan a un acuerdo y se realiza un pago limpio a través del sistema financiero poco después de que las mercancías lleguen a su destino. A menos que se conceda un crédito a una de las partes implicadas en el comercio, la institución financiera no tendrá conocimiento de la transacción. No obstante, en función de la propensión al riesgo de la institución financiera, la transacción puede ser señalada por las herramientas de supervisión de transacciones.

El uso indebido del sistema comercial para ocultar el movimiento ilegal de fondos suele incluir métodos para falsear el precio, la calidad o la cantidad de las mercancías. La colusión entre el vendedor y el comprador suele estar presente cuando se utilizan estas técnicas, ya que la intención es obtener un exceso de valor a través de una transacción entre dos partes.

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