Esta noticia fue publicada previamente por The Economist.

El dinero sucio ha sido durante mucho tiempo un secreto a voces en los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Oligarcas y funcionarios extranjeros volaban con montones de dinero, compraban casas a su nombre y mostraban su vida de lujo en las redes sociales. El año pasado, los huéspedes de un hotel del centro de Dubái podrían haber compartido el ascensor con un jefe de la mafia turca que se había instalado allí por un tiempo. Con sus villas frente a la playa, sus hoteles de lujo y sus restaurantes de lujo, el deslumbrante centro de negocios de los EAU es un imán para el dinero, lícito o no.

Hace dos años, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), el principal organismo mundial de lucha contra el blanqueo de capitales, instó a los EAU a realizar “reformas fundamentales e importantes” para combatir la delincuencia financiera. En los próximos días decidirá si el país ha hecho suficientes progresos. De no ser así, podría incluirse en una “lista gris” de países problemáticos. Se espera una decisión para el 4 de marzo.

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