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Este fue el mensaje que recibió una trabajadora tras un rifirrafe con su superior por Whatsapp en el que ella le planteaba tomarse vacaciones. Tras esa respuesta, ella se marchó los días que planteaba, y dos meses después fue despedida. Pero después, el juez determinó que con ese mensaje «se consintió pacíficamente» el disfrute de esas vacaciones. Por tanto, la empresa no podía considerar que se había ausentado de forma injustificada al puesto de trabajo para despedirla, como argumentaba.

Es uno de los muchos casos en los que un mensaje de Whatsapp ha sido clave para resolver un conflicto laboral entre trabajadores y sus empleadores, asunto en el que ahonda UGT en un estudio. En El uso del Whatsapp en las relaciones laborales, el servicio de estudios del sindicato constata que los mensajes de esta red social son cada vez más aceptados como prueba en juicios, aunque hasta ahora no era habitual, y que de forma frecuente llevan a convencer al juez sobre los hechos.

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