Esta noticia fue publicada previamente por The Guardian.

No es la primera vez en la historia del Parlamento Europeo que todo comienza en Bélgica. Una investigación sobre presuntos sobornos, blanqueo de capitales, falsificación de contratos de traspaso y la participación del crimen organizado en los niveles más altos del fútbol profesional que comenzó en 2018 acabó implicando a casi 60 agentes, administradores, árbitros y entrenadores.

Conocida como Operación Manos Limpias, el nivel de presunta corrupción que descubrió no solo llevó al establecimiento de nuevas y estrictas regulaciones financieras para los clubes en Bélgica, sino que también abrió los ojos en los pasillos del poder en Bruselas. En 2019, el fútbol se agregó a la lista de vigilancia de la Unión Europea de riesgos de lavado de dinero, y un informe de las Naciones Unidas estima que alrededor de $ 140 mil millones se lavan a través del juego cada año. Sin embargo, aunque muchas ligas ya tienen regulaciones financieras estrictas destinadas a prevenir el fraude, el eurodiputado francés, Damien Carême, cree que la preocupación se ha centrado más en cumplir con las regulaciones del juego limpio financiero que en detener la corrupción.

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