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En el marco de una ofensiva internacional contra los proveedores de servicios DDoS, se han desmantelado unos cincuenta de los mayores servicios de booter del mundo, diseñados para permitir a los usuarios lanzar ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) contra infraestructuras críticas en línea.
Esta operación, conocida como Operación Power Off, ha permitido a las fuerzas del orden de Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos, Polonia y Alemania tomar medidas contra este tipo de ataques que pueden paralizar Internet.

Los servicios incautados eran, con diferencia, los más populares del mercado para ataques DDoS, y aparecían en los primeros puestos de los motores de búsqueda. Uno de estos servicios incautados había sido utilizado para realizar más de 30 millones de ataques.

En el marco de esta acción se ha detenido hasta ahora a siete administradores en Estados Unidos y el Reino Unido, y están previstas nuevas actuaciones contra los usuarios de estos servicios ilegales.

La cooperación policial internacional ha sido fundamental para el éxito de esta operación, ya que los administradores, los usuarios, las infraestructuras críticas y las víctimas se encontraban dispersos por todo el mundo. El Centro Europeo de Ciberdelincuencia de Europol coordinó las actividades en Europa a través de su Grupo Mixto de Acción contra la Ciberdelincuencia (J-CAT).

Este barrido internacional es la continuación de ediciones anteriores de la operación Power Off, dirigida contra los administradores y usuarios del mercado de ataques DDoS webstresser.org.

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